miércoles, 21 de agosto de 2013

Los sueños

Escrito por: Inés Bayona. Psicoanalista, miembro titular de la Sociedad Colombiana de Psicoanalisis
En el libro: Investigación conceptual en psicoanálisis: De la tradición a la creación

 Desde la época antigua, Heráclito al igual que Aristó­teles en la Etica a Nicómaco, menciona al sueño como la actividad del alma. En la Edad Media, entre filósofos, la postura ante la lectura del sueño fue contradictoria. Al­gunos la consideraban falsa, insensata y hasta demen­te, otros se interesaron por su origen e interpretación.

Serían pensadores como Spinoza, Hegel, Nietzsche, del romanticismo alemán, como también los pioneros de la psiquiatría dinámica, de épocas anteriores a Freud como Heinrich Von Schubert, quienes profundizaron en el fenómeno.

Freud se interesó por los sueños desde niño. Durante su relación con Martha, su esposa, era frecuente que en su correspondencia mencionara sus sueños. En el verano de 1895, Freud tiene un sueño en relación a una paciente: lo llamó “La inyección de Irma”. En el análisis detallado de este sueño, encuentra y propone que los sueños son una realización de deseos, no realizables en el estado de vigilia. Roudinesco (1998, p. 1030), afirma: “Sigmund Freud, fue el primero en concebir un método de interpretación de los sueños no basado en referen­cias extrañas al soñante, sino en las asociaciones libres que éste puede realizar, una vez despierto, a partir del relato de su sueño”.

Para Freud, los sueños son el camino para entrar y acercarse al inconsciente y sus mecanismos, son la “vía regia”, pretendiendo deducir el sentido latente del contenido manifiesto. La idea de Freud, sobre la relación indisoluble entre el sueño y su interpretación produjo un impacto signifi­cativo en el medio psiquiátrico de su época.

Existen varios tipos de sueños relevantes a ser men­cionados. Los sueños de angustia, que causan el des­pertar por la intensidad de la sensación experimentada, fueron analizados por Freud en el “Hombre de los lobos” (1918). Para Freud el sueño de comodidad es el sueño que cumple las dos características esenciales: la satis­facción de deseos y la del guardián del dormir. La pri­mera mención en referencia a este tipo de sueños, figura en la carta 22 a Fliess (1895). Los sueños premonitorios preceden a un acontecimiento real y parece que anun­cian su aparición. En el “Hombre de las ratas” (1909), aparece el sueño punitivo: el que sueña aparece castiga­do por una falta. En la edición de 1911 incluye este tipo de sueños con el análisis del poeta Rossenger; y más adelante en “Más allá del principio del placer” (1920), y en “El problema económico del masoquismo” (1924). El sueño recurrente es aquel que se reproduce siempre de la misma manera. Analiza este tipo de sueños detallada­mente en el “Caso Dora” (1905).



Se destacan dos grandes aportes en la obra de los sueños de Freud. El primero consiste en des-entrañar el sentido del simbolismo por medio de la representa­ción, y técnicamente mediante las asociaciones que el paciente hace durante el relato consciente del sueño. El segundo aporte, lo describe en el capítulo 2 de su obra, y consiste entender el sueño como la realización de un deseo inconsciente.

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